ACUPUNTOR VETERINARIO EQUINO: EL MÉDICO DE LAS AGUJAS El Mundo del Caballo
Textos Anna Salarich Fotos Anna Salarich
Poco a poco, la acupuntura ha ido ganando adeptos en el mundo hípico. Y no es para menos, pues los resultados hablan por sí solos. Es una medicina natural, sin efectos secundarios, nada invasiva para el caballo y con unos efectos sorprendentes. Este mes descubrimos más acerca de esta terapia y sus profesionales.
Antes de empezar a hablar del trabajo del acupuntor veterinario equino es necesario remarcar que la acupuntura no es la panacea de la medicina, ya que no siempre podrá solucionar todos los problemas del caballo, pero sí es cierto, y visible, que a veces puede llegar donde la medicina tradicional no alcanza।
CÚANDO Y CÓMO SE USA LA ACUPUNTURA
Originaria de China, la acupuntura se encarga de equilibrar la energía del cuerpo y ayudar a éste a la autocuración mediante la inserción de agujas en uno o diversos puntos específicos। Podemos tratar con acupuntura a un caballo cuando presente problemas músculo esqueléticos o biomecánicos, y lo pueden solicitar tanto los amantes y propietarios de un caballo como los jinetes profesionales। El tratamiento durará según el grado de dolencia del animal, pero, por lo general, las sesiones suelen ser de entre 30 minutos y una hora y cuarto। En una sola visita ya se notan bastantes cambios, pero se deberán realizar las necesarias hasta que el caballo esté totalmente recuperado। En una sesión de acupuntura se sigue una rutina inicial para analizar el estado de salud del equino y saber dónde se localiza el problema। Para ello, el acupuntor equino primero observa cómo se mueve el caballo, cómo huele, qué gestos hace, los ruidos que emite, etcétera. Cualquier señal que se salga de lo normal puede ser signo evidente de que algo ocurre. Acto seguido, realiza un examen de los meridianos para detectar los puntos alterados y los puntos de dolor en el animal. Y una vez localizados, empieza con una sesión de quiropraxia, para seguir con la acupuntura y la colocación de las agujas donde el ejemplar lo necesite (éstas se dejan unos minutos en función de la edad del caballo –es decir que cuanto mayor sea, más tiempo deberán estar colocadas; algunas hasta se caen solas). Cuantas menos agujas se pongan, mejor, porque querrá decir que trabajando menos puntos se consigue canalizar la misma energía. Mientras tanto, el acupuntor rellenará un informe médico con todos los datos del equino, del propietario y de la visita. Igualmente, podrá anotar todo aquello que considere relevante como posibles tratamientos complementarios con homeopatía.
LA CARA Y LA CRUZ
Por lo que se refiere a la cara y la cruz de la profesión, sin duda lo positivo gana a lo negativo, pero, por supuesto y como ocurre en todas las profesiones, existen puntos menos agradables. El mayor problema del acupuntor equino son las horas que se pasa en la carretera, moviéndose por todo el territorio, visitando diferentes yeguadas, centros ecuestres, etcétera. Al cabo del día son muchísimas las horas invertidas trabajando y por eso se tienen que poner los cinco sentidos al volante. Otro punto negativo y también frustrante para este profesional es no poder curar al caballo, aunque siempre se intenta hacer todo lo posible. Y es que la mayor satisfacción es poder ver cómo el ejemplar, hasta en una sola sesión, se recupera (el cambio se puede apreciar a simple vista ya que, al ser el caballo un animal tan sensible, las mejoras o modificaciones en su cuerpo se notan más fácilmente). El trato con los equinos no suele llevar nunca problemas, aunque por el tema de las hormonas, las yeguas pueden mostrar más reticencia que los sementales. Las sesiones de acupuntura se realizan durante todo el año, pues nunca se deja de montar y las diferentes competiciones se reparten a lo largo de los 365 días del calendario.
FORMACIÓN Y SALARIO
Ante todo, para ser un buen acupuntor veterinario equino se necesita una gran sensibilidad y tener una miente abierta. Una vez se cumplen estas características más personales, es necesario estudiar la carrera de veterinaria y, después, especializarse en acupuntura equina. Cada vez se pueden encontrar más cursos y universidades que ofrecen esta posibilidad en nuestro país y en el extranjero. Laboralmente, las opciones para un acupuntor de caballos son trabajar en un hospital o bien establecerse como autónomo y tener consulta propia. Los principios nunca son fáciles, pero si se tiene claro lo que se quiere conseguir, seguro que todo irá bien porque, hoy en día, ésta es una terapia muy solicitada. Igualmente, si la situación parece muy complicada, siempre se puede empezar ejerciendo únicamente como veterinario y, poco a poco, ir introduciendo la acupuntura en las visitas. Por una sesión de acupuntura se pueden cobrar entre 80 y 100 euros. La acupuntura veterinaria moderna utiliza las mismas agujas que en el caso de la acupuntura destinada a las personas.
MÁS INFORMACIÓN
Dolores Puertas, acupuntora de caballos pionera en nuestro país, imparte cursos para formar a futuros acupuntores.
www।acupunturaveterinaria.com
Agradecimiento a: Dolores Puertas, acupuntora ecuestre, Yeguada Furriols y el Centro Internacional Equino de Sant Pere de Vilamajor (Barcelona)